La oracion. Edicion especial
CONSEJOS
PARA EL Y LA MUSULMANA
Edición
especial
Por:
Sherezada
Primero que todo y antes de nada una advertencia: en el Islam no hay
temas que sean tabú, la frase “de eso no habla una mujer decente”, en este
artículo no cabe.
En ediciones anteriores de estos artículos, que escribo con el fin de
poner mi granito de arena para ayudar a la Umma, escribí acerca de la oración y
de ciertos consejos para lograr realizarla a tiempo; para los que no han leído
el escrito, aquí está el enlace.
Yo soy de la filosofía de aplicar lo que digo (o lo que escribo para
este caso), eso de predicar y no dar ejemplo no va conmigo. Desde hace algún
tiempo he notado que tengo un nuevo problema con la oración: ya la puedo hacer,
ya me concentro, se me ha quitado ese sentimiento de “qué pereza rezar”, pero
ahora, después de tres años de disciplina, cuando por fin me siento a tono con
la oración, ha sucedido algo, y es que estoy haciéndolas todas fuera de tiempo.
En ocasiones (¡Oh, vergüenza cae sobre mí!) hasta se me han juntado todas en la
noche.
Y
entonces me he preguntado: ¿Por qué está pasando esto? Si yo era muy juiciosa,
cuando estuve embarazada pasaban días sin perder la oración, hasta logré
disciplinarme para hacer la suna del fáyir.
Consultando
a todos los que me escucharon, me hablaron de crisis de fe, que de pronto no me
sentía a gusto, que estaba peleada con Dios, de los bajonazos de la fe y otras cosas
por el estilo. Pero ninguna de estas palabras, pronunciadas con la mejor de las
intenciones, me satisfacía.
Hace
unos días, hablando con un amigo sobre la férrea disciplina que tengo para
escribir (no me acuesto sin escribir mil palabras, o trascribir dos mil, o
revisar tres mil, y solo descanso de ello un día a la semana), me dijo: «Ya
quisiera yo ser tan disciplinado para rezar,» y yo (¡Oh, vergüenza cae sobre
mí!) pensé: «¡Carajo! Si yo tampoco rezo a tiempo,» y me he puesto a
reflexionar al respecto, hasta que poco a poco se ha hecho la luz.
EL PUERPERIO
No
se asusten, no es una grosería. El tiempo del puerperio es aquel en que la
mujer que ha tenido un parto, sangra eliminando todo hasta que su cuerpo
regresa a su estado ordinario, normalmente dura entre veinte y sesenta días, lo
que coloquialmente llamamos “la dieta”. ¿Y qué pasa con las mujeres musulmanas
en ese tiempo? Pues que no rezamos.
Mi
disciplina de rezo, que me costó tres años obtener, se fue al traste en un mes
y medio de no rezar. Esas son las cosas de la vida.
Y
claro, después del puerperio ha venido un tiempo en donde a veces puedo rezar,
a veces no, a veces ni siquiera sé si puedo rezar. Uno de los inconvenientes es
que mientras mi cuerpo se adapta de nuevo a su situación, no he podido retomar
los tiempos de la oración, esto me hizo reflexionar en que para las mujeres hay
un problema adicional en el momento de hacer la oración, por eso esta
publicación está dedicada únicamente a nosotras (no se sientan discriminados
amables hermanos, sigan leyendo que el conocimiento es un regalo de Al‑lah y
una obligación del musulmán).
1. Aprende a rezar: O mejor,
aprende cuándo puedes rezar. Las normas para cuando la mujer puede o no
rezar son algo intrincadas y largas, pero es un tema fundamental para las
musulmanas. En el sitio http://islamweb.com/esp/
pueden encontrar textos de fácil acceso que explican diversas situaciones en
donde la mujer puede o no rezar: el puerperio, enfermedades que hacen sangrar,
incontinencia, flujos vaginales, menstruación descontrolada, enfermedades que
afectan los ciclos menstruales, desórdenes hormonales, embarazos, abortos, etc.
Hay
muchos textos, que es posible descargar y mantener en digital para su consulta.
En caso de dudas específicas se puede recurrir a preguntarle a personas de
conocimiento, para estos temas en muchas ocasiones es más cómodo preguntarle a
una mujer, pero cuidado, tengan presente que muchas personas no conocen los
temas de fikh y solo consultan en internet lo que les parece; asegúrense de
consultar mujeres que tengan estudios en ciencias islámicas, y en especial
conocimiento, de fikh.
Si
no se puede hablar con una mujer al respecto, también se pueden consultar a los
hombres; como dije al inicio, en el Islam no hay temas tabú, eso sí, es
importante que el hombre en cuestión tenga conocimiento de fikh en asuntos
femeninos, el fikh general casi nunca sirve para temas específicamente femeninos.
Si
no es posible consultar personalmente a alguien de conocimiento, les recomiendo
la página http://islamqa.info/es, Islam Question
and Answer (Preguntas y respuestas de Islam), en donde pueden remitir su duda
de manera anónima y obtendrán respuesta de chaijs de conocimiento que han
estudiado en universidades islámicas. Hay dos desventajas en esta forma de
consulta, la primera es que la respuesta se puede tardar y en el asunto de la oración
cada día de espera es un día que puedes quedar debiendo las cinco oraciones. La
segunda desventaja es la redacción, hay que hacer la pregunta lo más concreta y
clara posible para que sea entendida.
Si
se quiere una respuesta rápida les recomiendo la página http://www.islamreligion.com/es/,
en el menú de la derecha de la pantalla encontrarán un chat en vivo donde personas
de conocimiento les podrán responder de manera más interactiva, y también hay
mujeres: si les contesta un hombre pueden pedirle que les comunique con una
operadora.
2. Mi cuerpo y su ciclo: Para
las musulmanas se hace urgente conocer nuestros cuerpos y los ciclos con los
que trabajan. Es increíble, pero mi abuela conocía su ciclo menstrual y el de
sus hijas, mi madre sabe con un promedio de tres días cuándo le debe llegar su
menstruación, pero saltando una generación, a mí, mis hermanas y primas,
ninguna lo sabemos (encuesta realizada en la casa familiar, perdonen lo
sencillo de la metodología de investigación).
Es algo normal en
estos días, la comida con todos los químicos que ahora contiene, el alto
contenido hormonal de muchas carnes en especial en aves de corral, la falta de
tiempo y hasta de concentración a que nos avocan internet, televisión y demás mass
media, hace que nuestro ciclos menstruales no sean tan precisos como antaño,
cuando las mujeres “funcionábamos como un reloj”.
Así pues, el
consejo es empezar a llevar un registro de nuestros ciclos, el famoso
calendario, para así saber si estamos cerca de menstruar. No es necesario hacer
un cuadernito, en el mundo moderno las cosas son fáciles, hay muchas
aplicaciones para llevar la cuenta, personalmente recomiendo la siguiente:
Una aplicación para
el celular, para sistema Android, fácil de usar y personalizada que hará las
cosas sencillas. Para sistema Windows pueden descargar esta app:
Y para iOS pueden
descargar esta:
Las tres se pueden
configurar en español.
3. Disciplina: uno de los
grandes males del mundo moderno es la falta de disciplina, y si a eso sumamos
una fuerza de voluntad débil, es un coctel que nos deja vulnerables. La
disciplina se consigue repitiendo las acciones de una manera determinada
siempre en un horario, pero en el mundo moderno nos han predispuesto para que
la rutina nos parezca “jarta”, para inculcarnos que vivir la vida es cambiarse,
renovarse, nunca hacer lo mismo.
La oración nos da
disciplina, es un acto que debemos hacer constantemente dentro de unos tiempos
determinados, pero el ciclo menstrual de la mujer hace que rompamos la
disciplina de la oración de manera recurrente.
En los días, por
pocos que estos sean, que no rezamos, perdemos el ritmo, y cuando regresamos a
rezar empezamos de una manera lenta, muchas veces se nos pasan oraciones o
hasta se nos olvidan las suras o dúas. Por eso es muy importante para nosotras
continuar con una disciplina. La recomendación:
El objetivo es
mantener los tiempos de oración así no estemos rezando, entonces en esos diez
minutos que nosotras dedicamos cada día al salat, pues los usamos para otras
actividades relacionadas con el din.
Cuando suene el adán
y no puedas rezar, puedes leer un poco de Corán, si estás leyendo una
traducción a cualquier idioma no hay ningún inconveniente, si vas a leerlo en
árabe es importante que recuerdes usar guantes para cogerlo, o puedes leerlo
sin problemas en digital, ya sea en el computador, en una tablet o en el
celular. También puedes hacer díker, el recuerdo de Al‑lah, hacer súplica, o si
te sabes los nombres de Al‑lah, recitarlos.
Todas estas son
acciones que no tenemos ningún inconveniente en hacer en los tiempos en los que
no rezamos.
Si logramos mantener un tiempo de oración, será más fácil adquirir la
disciplina necesaria para rezar. Y siempre recuerda pedirle a Al‑lah:
“Guíanos por el
sendero recto. El sendero de quienes agraciaste, no el de los execrados ni el
de los extraviados”. (Corán 1: 5-7)
Leave a Comment