IMÁGENES DEL CORÁN. AYATU AL KURSI
Por: Karonlains Alarcón
La sura de la vaca es el segundo capítulo del Corán. En este capítulo se encuentra Ayatu al kursi, también llamada la aleya del trono, es el versículo más grande de todo el libro, y en muchos jadices el Profeta Mujamad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) nombra las virtudes de esta sura:
“Todo tiene su pináculo, y el pináculo del Corán es Suratul Bácara. Allí hay una aleya que es la más grande del Corán.” (Tirmidhi)
En esta aleya hay una gran significación que resume los principios de la fe islámica, vamos a estudiarlos.
¡Dios! No existe nada ni nadie con derecho a ser adorado excepto Él.
el Viviente [Eterno], el Sustentador [y Gobernador de toda la creación]
Luego enuncia dos de los nombres de Allah: el viviente, (al Jai), y el sustentador (al Qaium), todo en esta vida muere no así Allah todopoderoso, Él es quien da la vida y es eterno, nunca ha dejado de existir, ni ha existido un tiempo sin Allah. El Sustentador: Él es quien provee todo lo necesario a la creación, quien sustenta. La creación no podría existir sin Él, todopoderoso, que la sustenta. Mientras la creación necesita de Allah Él no necesita de nadie.
No Lo afectan somnolencia ni sueño.
El hecho de que Dios no duerma ni lo afecte la somnolencia también significa que Él conoce todo lo que sucede y controla la creación, nada escapa a su conocimiento, por lo tanto no hay secretos. También esto implica que el demonio (satanás/Iblis) nunca hace nada sin que Allah lo sepa, la idea de Iblis como alguien con poder igual a Allah, o que puede hacer cosas sin que Allah lo sepa, no es de la creencia islámica.
Suyo es cuanto hay en los cielos y la Tierra
Una de las condiciones de la creencia islámica es que nada ni nadie debe ponerse en el lugar que corresponde a Dios, en este versículo se le nombra a Allah como Dueño de todo, por tanto el ser humano no puede ser dueño de la creación, ni de la naturaleza, porque no podemos ponernos en el lugar que solo corresponde a Dios. Los seres humanos somos vicarios de la creación, mas no sus dueños, y esto significa que el día del juicio tendremos que rendir cuentas sobre que hicimos con aquello que nos confiaron, seremos preguntados por como ejercimos nuestro vicariato sobre la creación.
¿Quién podrá interceder ante Él si no es con Su permiso?
Los comentaristas del coran explican que la intersecion está reservada para el Día del Juicio, y solo aquellos que Allah les permita intercederan por otros, entre aquellos a los que les será permitida la intersecion son los profetas y personas justas y creyentes, el Profeta Mujamad será uno de ellos, según lo narrado en el jadiz: El profeta (Dios lo bendiga y le dé paz) dijo:
“La gente acudirá a mí y yo procederé a buscar el permiso de mi Señor. Se me otorgará una licencia. Cuando Lo vea, caeré prosternado. Él me permitirá permanecer así hasta que Él quiera. Luego será dicho: ‘¡Mujámmad, levanta tus manos y pide, serás escuchado! Intercede, y tu intercesión será concedida.’ Entonces alabaré a mi Señor con palabras que Él me revelará a continuación. Luego comenzaré a interceder, pero será establecido un límite (acerca de qué tipo de gente podrá recibir mi intercesión), En consecuencia, voy a sacarlos del Fuego y los acomodaré en el Paraíso.” (Muslim)
Se podrá interceder por aquellos de los que Dios se complazca, tal como lo dice en el Corán: “Solo podrán interceder por quienes Dios se complazca.” (Corán 21:28) Pero en esta vida, la dunia, la intersecion no es viable.
Conoce el pasado y el futuro [lo manifiesto y lo oculto]
Además conoce lo manifiesto, es decir, lo que es claro, visible y público, y lo oculto, este es un tipo de conocimiento que solo le pertenece a Allah y quien lo busca está desafiando a Allah. Por ejemplo, alguien que quiera saber su futuro y busca un adivino para ello, está buscando el conocimiento de lo oculto.
y nadie abarca de Su conocimiento salvo lo que Él quiere.
Uniendo esta frase con la anterior podemos ver que el conocimiento de Allah es completo y superior, y que cualquier conocimiento que adquiere el ser humano es una gota nada más. Teniendo en cuenta esta expresión y como dato curioso, solo una persona en la historia islámica ha sido llamada: El océano de conocimiento (bajru al ulum), y fue Aisha (que Allah esté complacido con ella), dado su sabiduría en todos los temas islámicos.
El escabel de Su Trono abarca los cielos y la Tierra,
Ahora bien, si el escabel, es decir una pequeña butaca, es tan grande como los cielos y la tierra, podemos imaginar cual es la grandeza de Dios; por ende el poderío y la gloria de Dios es superior a todo cuanto podamos imaginar.
Ahora bien, el hecho de que exista un kursi del trono, no significa que debamos antropomorfizar a Allah, no debemos de ninguna manera imaginarlo como un hombre anciano sentado en un trono, o como un rey humano. Sabemos que existe el escabel y que existe el trono, sabemos que son magníficos, pero no conocemos su forma ni tampoco la manera como Allah lo usa, imaginarnos a Dios de forma humano no está de acuerdo con la creencia islámica.
y la custodia [y mantenimiento] de ambos no Lo agobia.
Esto significa que Él tiene poder absoluto, nada lo debilita ni lo afecta, por muy grande que sea la tarea no representa dificultad para Allah. Él no se cansa de mantener a la creación, y no se fatiga, este versículo representa la omnipotencia de Dios.Y Él es el Sublime, el Grandioso.
Otro dos de los nombres de Allah. El Sublime, significa que es el poseedor de toda la belleza que pueda contener la creación. El Grandioso, Él es el más grande, la gloria y la grandeza total le pertenecen solo a Allah, y eso significa que está por encima de todo y todos.Cuando un ser humano logra la gloria, esta no se puede comparar con la gloria de Dios, quien es el poseedor de todo. Por eso, siempre los logros de los seres humanos serán solo un grano de arena, y eso nos recuerda que no importa cuando poder podamos alcanzar, siempre el más grande será Dios.
Como se puede ver, en este versículo del Corán se encuentra una gran parte de la creencia islámica, y además constituye un recordatorio para que nos mantengamos sumisos y humildes ante Dios, quien todo lo sabe y todo lo puede.
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