BANDIDOS MATRIMONIALES


Les presento este articulo que originalmente está en inglés, yo no lo he traducido, ha sido el hermano del blog Reflexionismo.wordpress. Espero que Allah le recompense su labor. 

Traduccion tomada de https://reflexionismo.wordpress.com/2013/03/11/los-bandidos-matrimoniales/

Hay muchas hermanas que tienen una visión bastante romántica del matrimonio en la comunidad musulmana. Muchas veces oigo comentarios como “Si el hombre es un buen musulmán, va a ser un buen marido”, y así. Pero a pesar de que debería ser cierto, la realidad es que en muchos casos no lo és. Hace un par de semanas encontré un blog de La Feminista Salafi, en inglés, sobre este tema en particular, y de verdad me pareció que era algo que muchas de nuestras hermanas deberían de leer. Así que aquí presento una traducción que espero ayude a nuestras hermanas salafíes, sufíes, chiitas, o lo que sea:
Originalmente escrito para la revista HERMANAS, 2012 Septiembre
Umm Khadijah expone el abuso oculto del fraude matrimonial que se produce dentro de la comunidad musulmana y da consejos a hermanas vulnerables para evitarlo.
Las comunidades musulmanas en todo el mundo se enfrentan a muchos retos, tanto internos como externos. Algunos temas, como la pobreza y el abuso de sustancias, se han generalizado entre todas las razas y religiones. La comunidad musulmana, sin embargo, también tiene problemas únicos y particulares.
Un fenómeno particular ha llegado a ser conocido como “fraude matrimonial” – un problema que se encuentra tanto en Occidente como en el mundo musulmán, aunque su incidencia ha sido más ampliamente documentada en Occidente. La mayoría de los casos de “fraude matrimonial” se registran en algunas zonas de América, Canadá y el Reino Unido, aunque es cierto que también se da en otros países occidentales y árabes.
Shaykh Younus Kathrada, un imán canadiense de origen sudafricano, ha apoyado a la comunidad con orientación islámica y servicios de apoyo durante 20 años. Él identifica al fenómeno del “bandido matrimonial” cuando hombres musulmanes que dicen tener conocimiento religioso y ser piadosos, se aprovechan de mujeres vulnerables y las convencen a contraer matrimonio, sólo para usarlas y abusar de ellas, abandonándolas poco tiempo después. Algunas de estas personas se han casado y divorciado con tantas mujeres hasta perder la cuenta, a veces pasándolas a sus amigos y tratando a las mujeres como una mercancía desechable.
Es una práctica perversa que abusa y daña a mujeres musulmanas, que destruye hogares, rompe generaciones enteras de niños, y hace que buenas musulmanas se sientan lejos del Islam.
La mentalidad que fomenta este comportamiento no tiene ninguna base o justificación religiosa, por mucho que intenten torcer y utilizar el Din del Islam para excusar su explotación de mujeres ingenuas y sinceras.
“El fraude matrimonial” no es poca cosa, sino que implica abuso psicológico, emocional y físico, manipulación, engaño descarado y duplicidad, y lo peor de todo, ningún sentimiento de conciencia, responsabilidad o taqwa.

Objetivos y Tácticas

En un momento en que el matrimonio es un tema candente para todas las generaciones de musulmanes, cuando a jóvenes musulmanes y musulmanes les resulta tan difícil encontrar compañeros adecuados para el matrimonio, las mujeres siguen siendo inevitablemente el sector más vulnerable. Presionadas por la familia o la comunidad, o simplemente debido a sus grandes deseos de cumplir la sunnah del matrimonio, muchas mujeres no toman las precauciones necesarias al elegir un esposo.
En su experiencia con los “bandidos” matrimoniales y sus víctimas, Shaykh Younus ha observado que ciertas mujeres corren un riesgo especial de ser el blanco de los depredadores: nuevas conversas/revertidas o aquellas que son nuevas a la práctica del Islam, especialmente aquellas con familias no musulmanas o no-practicantes. Hay varios factores que las ponen a riesgo de ser víctimas de relaciones abusivas.
Algunas mujeres se han convertido al Islam después de muchas experiencias difíciles en sus vidas, incluso después de haber tenido múltiples relaciones anteriores y niños producto de esas relaciones. En un esfuerzo por mantener a sus hijos, y a menudo con una visión ingenua de como son los matrimonios musulmanes, aceptan con entusiasmo las propuestas de matrimonio sin investigar a fondo a sus pretendientes. Algunas de estas mujeres pueden tener otros problemas que las hagan sentir “menos merecedoras” de ser “exigentes” a la hora de elegir un esposo, como enfermedades mentales, inestabilidad financiera, o incluso problemas de imagen corporal.
Desafortunadamente, los depredadores saben exactamente qué buscar, qué decir y qué hacer para convencer a estas mujeres a contraer matrimonio. En algunos casos, van a buscar a sus víctimas en el ciberespacio: en el contexto de las salas de chat y foros “islámicos”, estos hombres se dan a conocer a mujeres que buscan conocimiento islámico y construyen una relación emocional con ellas basado en el Din. Ellos ponen un fuerte énfasis en el matrimonio y la poligamia, y recuerdan a estas hermanas que su “lugar” está en el hogar como esposa y madre. Tarde o temprano, los hombres – o a veces incluso las mujeres- propondrán a la otra parte.
Otros abusadores tienen un método comprobado en sus propias comunidades. Harán que la esposa de un amigo busque y se haga amiga de nuevas hermanas que se unen a la comunidad, creando una relación con ellas y poco a poco animándolas a casarse con “un buen hermano que mi marido conoce.”
Una táctica muy común utilizada tanto por los depredadores cibernéticos como por los que están en las comunidades es la manipulación religiosa y emocional: presionar a estas mujeres a casarse rápidamente para “cumplir la sunna” y “proteger sus deseos.” Y para las mujeres que buscan estabilidad y una vida en pareja, la combinación de chantaje emocional (una mujer que no se casa rápidamente no es una buena Muslima) y atención halagadora (“Eres una Muslima piadosa, maravillosa y tengo que casarme contigo con el fin de protegerme!”) puede ser muy persuasiva.
Cuando se presentan hombres que prometen un “hogar islámico feliz”, que dicen que la belleza radica en la práctica del Din en lugar de la apariencia, convenciéndolas de que la poligamia es una sunna que deben practicar, muchas mujeres musulmanas están convencidas por la idea de un matrimonio islámico perfecto y aceptan tales propuestas.

Señales de alarma

Casi todos los “bandidos matrimoniales” abusadores presentan características que deberían ser como banderas rojas para cualquier Muslimah a punto de casarse.
Para empezar, a menudo se le dice a la mujer que su wali es o no apto (debido a que no lo suficientemente practicante, no acepta al pretendiente, o porque está “haciendo dificultando el matrimonio sin razón”), o no válido (especialmente en el caso de las mujeres con padres y familiares no musulmanes). Así el hombre convence a la mujer que conocen a alguien más indicado para actuar como wali, por lo general un buen amigo del hombre.
A muchas mujeres también se le dice que pedir una dote de valor económico está mal o en contra de la sunna. El hadiz que dice que el matrimonio más bendito es aquel con la dote más fácil se cita para hacer que las mujeres sentirse culpables por cualquier tipo de demanda monetaria.
El derecho de la mujer a un wali que protege sus intereses, así como a una dote adecuada, son una parte inviolable de la Sharia. No se debería obligar a una mujer a renunciar a los derechos que Allah mismo le ha dado!

El engaño continúa

Desafortunadamente, el abuso continúa y se agrava una vez que la mujer acepta el matrimonio. En muchos casos, se dará cuenta de que se le ha estado mintiendo desde el principio -que no es ni una primera esposa, o la única esposa, pero que el hombre con quien acaba de casarse ya tiene una o varias otras esposas. En otros casos, se le dice que como una segunda (o tercera, o cuarta) esposa, ella debe mantenerse económicamente o vivir en la misma casa con las otras esposas y “compartirlo” todo!
Otras mujeres verán de repente que no sólo son responsable por ellas mismas y sus hijos, pero por el hombre también. Algunos depredadores ocultan su pasado criminal o su falta de estudios hasta después del nikah, y luego informarán a sus esposas que no son capaces de trabajar y mantener a su familia. Posiblemente argumentarán que están “buscando conocimiento” (por lo general en las salas de chat de Internet) y por eso es el deber de la esposa apoyarlos en todos los sentidos, incluso en el sentido económico. Si la mujer se queja o le desafía, se le acusa de ser una esposa desobediente y que causa problemas. Sus recomendaciones anteriores de que las mujeres deberían quedarse dentro de la casa se olvidan rápidamente.

Abusos de todo tipo

El abuso financiero no es el único tipo de abuso que muchas mujeres sufren en estos matrimonios. El abuso mental y el chantaje emocional están muy extendidos – los abusos físicos y sexuales también son normales. A menudo las víctimas son incapaces de compartir sus experiencias y recibir la ayuda necesaria para recuperarse de estos incidentes traumáticos. En cambio, debido al estigma y el tabú relacionado a estas cuestiones, las mujeres que escapan de estos matrimonios abusivos o hablan tienen más probabilidades de ser condenadas al ostracismo en sus comunidades.
Muchas mujeres se han visto no sólo usadas y abusadas, pero abandonadas también. En algunos casos, los hombres se divorcian de las mujeres por ninguna otra razón que el abusador se ha cansado de ellas o está interesado ​​en una nueva presa. Otras se encuentran embarazadas, y se encuentran divorciadas y sin ningún tipo de ayuda, incluso sin que el padre esté dispuesto a reconocer al niño.

La pérdida de la fe

Obviamente, cada tipo de maltrato deja rastro y afecta profundamente a las personas involucradas -no sólo a las mujeres mismas, pero a sus hijos también. Uno de los efectos más terribles para las víctimas es que después de haber vivido este ciclo vicioso, no sólo una vez, pero en muchos casos varias veces, la mujer o sus hijos pueden asociar al Islam con el abuso que experimentaron. Como resultado, pueden perder interés en practicar el Islam, o dejarlo por completo con pensamientos y emociones muy negativos hacia el Islam.
Menos extremo, pero igualmente doloroso, es que las mujeres se sienten utilizadas y rechazadas, y que sus derechos islámicos han sido violados y que no tienen ningún recurso. Algunas se amargan totalmente con la idea del matrimonio y ven a todos los hombres musulmanes como depredadores y abusadores.

Cómo evitar la trampa

• Un wali es el derecho de cualquier mujer musulmana -un tutor que tiene tus mejores intereses en su corazón. Asegúrate de que el wali es alguien que realmente cuida de ti y en quien puedes confiar.
• ¡Haz preguntas! No te metas en un matrimonio a ciegas. Ten en cuenta el tipo de persona que estás considerando. Investiga, haz que tu wali investigue, y no confíes en nadie ingenuamente.
• No rindas tu dote. Una vez más, ¡este es un derecho de la mujer musulmana que nadie puede quitarte! Sé razonable, pero no te sientas presionada en aceptar un mahr “simbólico”, a menos que estés absolutamente segura de ello.
• La paciencia no es equivalente a sufrir. Sé consciente de la diferencia entre la paciencia ante las dificultades, y ser oprimida por alguien que está negando tus derechos islámicos. Si tu esposo está abusando de ti, ya sea de manera mental, emocional o física, no lo toleres. Busque la ayuda de un imám o hermanas que te ayudaran a buscar los recursos adecuados para ti.
Ya es hora de que la comunidad musulmana reconozca a los depredadores que existen en su seno, y de defender a sus hermanas musulmanas. El Profeta Muhammad (sallallahu ‘alayhi wa sallam) dijo: “Ayuda a tu hermano si él es el opresor o el oprimido.” Además, hizo hincapié en que la única forma de ayudar al opresor es no permitir que la opresión continue. Cualquier musulmán que comete o permite que estos claros males está abusando de los derechos de sus hermanos musulmanes.
Que Allah nos ayude a luchar por la justicia, y nos conceda el coraje para luchar contra el mal donde quiera que se encuentre. Umm Khadijah (Anonymouse) es una defensora de la justicia social, y está especialmente preocupada por los muchos problemas que aquejan a la comunidad musulmana mundial. Ella reza para que Dios le da la capacidad de cambiar las cosas para mejor, aunque su única arma es la pluma (o teclado).

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